La
lechuza Florencia
Érase una vez, en
un bosque encantado, una lechuza sabia que era muy sociable. Ayudaba
a los animales a saber cosas. Se llamaba Florencia y le gustaba jugar
a la mancha voladora, y a las escondidas con sus amigas Perla, Peli,
Agustina y Sofía.
Un día la lechuza
Florencia iba volando por el bosque. Miró hacia abajo y vio en un
camino que atravesaba el bosque unas huellas que no reconoció.
Planeó para abajo y siguió esas huellas. De pronto se encontró una
trenza rubia y larga, enredada en los matorrales. Escuchó el llanto
de una niña y la buscó.
-¿Què te pasa, niña?- preguntó la lechuza cuando la encontró.
-No puedo salir del bosque porque mi trenza de 10 metros se enredó en las plantas.
-Yo te ayudaré.
-¿Què te pasa, niña?- preguntó la lechuza cuando la encontró.
-No puedo salir del bosque porque mi trenza de 10 metros se enredó en las plantas.
-Yo te ayudaré.
Y le desenredó la
trenza. Con la larga trenza, Florencia le hizo un rodete grandísimo,
que quedó tan pesado que la nena se cayó y no podía levantarse.
-Te tengo que cortar el pelo, sino siempre te vas a caer.
-Bueno, está bien.
-Te tengo que cortar el pelo, sino siempre te vas a caer.
-Bueno, está bien.
Florencia le cortó
9,80 metros de trenza. Quedó con 1,20 metros de pelo. Vendieron la
trenza de 9,80 metros a $10.000. Se compraron el shopping Abasto y se
quedaron a vivir ahí.
Yo no sé si lo soñé
o era un cuento de verdad pero puedo asegurarte que se terminó acà.
Fin
Autores: 3º B
(Creación colectiva)
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